El artista lo dio todo en su único concierto anunciado en Galicia para este verano y dejó al público impresionado con su potente directo
Mika era el plato fuerte de la última jornada del Atlantic Fest. El artista británico-estadounidense de ascendencia libanesa y siria ofreció un espectáculo el domingo 21 de julio que impresionó al público.
Fueron casi dos horas de actuación en las que hizo disfrutar a los asistentes con sus éxitos y todas las sorpresas con las que acudió a Vilagarcía de Arousa. La fiesta comenzó con Ice Cream.
Mika tocó el piano pero también lo utilizó como asiento. / Foto: Val Miñor Visual
Palabras en español y gallego
Mika no tardó en dirigirse al público para darle la bienvenida y lo hizo en español, incluyendo algunas palabras en gallego. Esta fue la primera sorpresa con la que se topó el público.
“Boas noites. É un pracer estar aquí con todos vos”, apuntó el artista. Confesó que desde su última vez en Galicia hace un año ha estado practicando para hablar en español y también un poco en gallego. Con los asistentes ya metidos en el bolsillo presentó Lollipop.
Mika sentado en el escenario junto a un miembro de su banda. / Foto: Val Miñor Visual
Paseo entre el público al atardecer
Antes de cambiarse de ropa explicó los problemas que tuvieron con las maletas en el aeropuerto. Bromeó sobre el colorido vestuario de la banda y el suyo. Tras Origin of Love abandonó el escenario y reapareció con otro traje. Llegaba el momento de otra sorpresa.
Al ritmo de Big Girl (You Are Beautiful) bajó del escenario. Mika se paseó y disfrutó entre el público mientras atardecía en Vilagarcía de Arousa. Tan cómodo estuvo que incluso se subió a hombros de uno de los asistentes.
Derroche de energía y complicidad con el público
Mika se movió por todo el escenario. Se mostró incansable dando saltos y subiéndose al piano. Además, siguió haciendo gala de su buen español bromeando sobre los problemas de iluminación. También compartió las historias de algunas de las canciones.
Mika subido en el piano. / Foto: Val Miñor Visual
Se percibió desde el primer momento la complicidad entre el público y el artista. Los asistentes acompañaron con palmas y cantaron siguiendo las órdenes de Mika. También bailaron y saltaron al ritmo de canciones como Relax, Take It Easy y Grace Kelly.
Intimidad al piano y explosión de luz
Aunque la música de Mika se caracteriza por sus ritmos alegres también hubo momentos más íntimos al piano. Así, interpretó Stuck in the Middle, tema que explicó que está dedicado a su abuela; Billie Brown y Happy Ending.
Mika tocando el piano en el Atlantic Fest. / Foto: Val Miñor Visual
Otra de las sorpresas que tenía preparada Mika era el fuego frío. Estas chispas de luz iluminaron el escenario e imprimieron potencia a la puesta en escena. Tan solo se pudieron ver en Elle Me Dit y We Are Golden.
Fin de fiesta con un invitado inesperado
Fiel a su estilo divertido y desenfadado Mika lució hasta cinco atuendos diferentes. El traje más clásico se lo puso para la última canción. Cuando parecía que ya no podía sorprender más lo volvió a hacer para hacer un final épico que quedara en el recuerdo de los presentes.
“Me gustaría acabar este concierto con una cosa muy especial”, confesaba. “Desde hace unas semanas me he escondido en las estaciones de tren en España, escuchando pianistas de todas las partes de España. He encontrado a un joven, el mejor pianista que he oído en todos los pianos públicos en las estaciones de tren y aeropuertos. He querido invitar a este chico para tocar el piano con nosotros esta noche”, así dio la bienvenida a Marcos, de 18 años, al escenario. El Atlantic Fest fue el primer escenario.
Mika sobre el piano mientras Marcos tocaba. / Foto: Val Miñor Visual
Love Today fue el broche de oro a una actuación que ha dejado huella. Además de lo especial de la actuación por estar el joven Marcos al piano, Mika siguió jugando con el público y les hizo “volar”. Hizo que se apagaran todas las luces para despedir la actuación con una gran fiesta, dando saltos y cantando.
Mika y Marcos se fundieron en un abrazo al acabar la actuación. / Foto: Val Miñor Visual
